El camino es ver

El camino no es ser un santo, sino llegar a ver las cosas tal como son.

La santidad es un concepto generalmente ilusorio, dependiendo de la tradición que se tome como referencia este puede ser simplemente inalcanzable, además, dicho concepto en si mismo no tiene mucho valor.

Se puede ser un santo al no matar otros seres, sin embargo, esto puede ser meramente circunstancial, quizá la oportunidad nunca surgió. Se puede ser un santo al no mentir, de igual manera, puede ser no intencional, simplemente nunca se tuvo la necesidad.

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Vivir una vida sin cometer 'faltas', sin quebrantar preceptos, mandamientos u otros estándares sociales no es en si lo que es meritorio, lo que nos librará del sufrimiento o inclusive lo que es capaz de ayudar a otros seres vivos, por supuesto que es preferible a la alternativa, el simple hecho de no cometer transgresiones hacia otros seres es en si un gran logro, pero no es esto lo que nos libera del sufrimiento.

El ver las cosas tal como son por medio de un correcto entendimiento es el camino que si tiene el potencial de alcanzar este fin.

Al comprender correctamente nos liberamos de la necesidad de matar, mentir, herir, engañar y demás faltas que pueden herir a otros y a uno mismo, hay libertad respecto al sufrimiento propio y de otros.

La intención es la generadora de todo, la mente precede todo, es sobre ella que se debe trabajar para lograr cambios que perduren y que tengan validez, al cambiar la forma en que la mente trabaja todo lo demás le seguirá.

Cuando cometemos alguna falta no es necesario llevar a cabo penitencias para 'purificar' la misma, es irrelevante el realizar actos si los mismos no provienen del corazón, por lo cual, con el simple hecho de modificar el estado mental, es más que suficiente, lo hecho cometido no cambiará o se eliminará, el cambio es a futuro, es posible evitar repetir los mismos errores.