Como un sapo

Ajahn Chah compara la práctica con un sapo atrapado en hoyo, sin posibilidad de moverse, sin opciones de escapatoria, si alguien llega con una cuerda, le resultaría muy fácil atraparlo.

El hoyo en esta analogía es la vida, todo lo que sucede en ella y el tamaño del hoyo las posibilidades que tenemos para lidiar con dichos acontecimientos.

La práctica constante nos permite incrementar el tamaño de la boca del hoyo y eventualmente salir de él, nos brinda opciones, alternativas para responder ante la vida a voluntad, no solo a reaccionar arbitraria y ciegamente.

En cada momento que tengamos la posibilidad de encontrar un momento de paz en la mente, es un excelente momento para practicar, sin embargo, estos momentos no son únicamente cuando hay silencio y no hay presiones externas, estos momentos se encuentran todo el tiempo a nuestra dispocisión.

Los hijos, los bienes materiales, el trabajo, dinero, todos estos son obstáculos o factores que forman parte del hoyo, pero a su vez, son las oportunidades que tenemos para practicar.

Cada vez que uno de estos elementos se presenten en la vida como un potencial factor de estrés, o que sintamos el deseo de sufrir por ellos ya que podemos perderlos o simplemente, que no están actuando como queremos que lo hagan, estos son todos momentos que se presentan como una oportunidad para llevar a cabo la práctica.

Manteniendo siempre la mente atenta es posible salir del hoyo y no sucumbir ante la inevitable experiencia de la vida.

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