Rituales y la mente

Por mucho que recite los textos sagrados, si no actúa acorde, ese hombre descuidado es como un vaquero que solo cuenta el ganado de otros, no toma parte de las bendiciones de una vida sagrada.

Aún cuando recite poco los textos sagrados, si pone las Enseñanzas en práctica, abandonando el deseo, el odio y la ilusión, con sabiduría verdadera y una mente emancipada, sin aferrarse a nada ni de este ni de otros mundos, es posible tomar parte de los beneficios de la vida sagrada.

Dhammapada 19, 20

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La mente es la predecesora de todo, es la principal fuente de las condiciones en las que vivimos y es la promotora de prácticamente todo lo que sucede en la vida. Tener una práctica vacía o contraria a las enseñanzas no conducirá nunca al fin del sufrimiento.

El Karma es generado de tres maneras: Pensamientos, actos y palabras.
De estos tres es la mente la que más poder tiene sobre la generación de nuevo Karma.

Muchas veces pensamos que con solo sentaros un rato al día o inclusive a la semana y recitar algún texto, mantra o escuchar una charla será suficiente para eliminar las consecuencias de nuestros actos, hemos desarrollado toda una cultura donde se puede inclusive pagar con dinero por nuestra liberación personal y la de nuestras familias. Esto no es exclusivo de ninguna religión o forma de pensamiento, es inherente al ser humano y por tanto lo lleva consigo a cualquier lugar que vaya.

Olvide los textos, los cantos, las estatuas y los inciensos, son grandes ayudas, pero no son el camino, tener un altar en el cuarto no nos hará inmunes a la tristeza o el estrés, lo único que tiene efecto es la práctica constante, la interiorización de la misma como parte integral de nuestra vida.

Tal como dice el texto: 'Abandonar el deseo, el odio y la ilusión', esto es un esfuerzo activo de cambio en la vida, es decidir seguir adelante libres de estos tres factores que lo único que traen consigo son sufrimiento.

En mi práctica personal cada mañana hago el esfuerzo consciente de tomar los 5 preceptos y tomar refugio, es lo primero que hago cada mañana para colocar mi mente en un estado activo de práctica, evito hacerlo como ritual por lo que espero hasta que mi mente este suficiente despierta como para que sea real, no solo el balbuceo de palabras, en ocasiones utilizo un audio de Thanissaro Bhikkhu y sigo sus cantos si siento que esto me puede ayudar ese día. Hago esto con el fin de recordar lo que tengo que hacer durante el día y eso es lo que tiene validez para mi.

El simple hecho de no agredir a un ser vivo no tiene mucho mérito, es mucho más importante tener la intención de no hacerlo, lo demás es meramente circunstancial. Por esta razón para mi práctica personal el tomar el primer precepto es solo el inicio, es mi recordatorio personal y procuro mantenerlo tan presente como me sea posible en mi mente durante mis actividades diarias, si bien es cierto yo soy vegano, esto no implica que no haya seres vivos sufriendo gracias a mi dieta, pero el escoger activamente consumir solo arroz en lugar de una pechuga de pollo tiene un resultado positivo en mi mente, me siento feliz de saber que estoy procurando evitar que un ser vivo sufra a cuenta de mi necesidad de alimentación.

Busque el balance entre los rituales y las actividades diarias, ponga su mente, sus actos y sus palabras en sintonía.