Descuido y muerte

La atención es el camino a la no-muerte. Descuido es el camino a la muerte. El atento nunca muere. El descuidado es como si estuviera muerto.
Dhammapada 21

La muerte es un tema que asusta a muchos, la muerte propia, la muerte de un ser querido, la muerte del planeta entero, cualquier tema relacionado con la palabra muerte es suficiente para que casi cualquiera salte y se asuste, haga la prueba, diga 'muerte' en su cabeza y vea su propia reacción, no fue suficiente, diga 'voy a morir mañana!', ahora si?

A nadie le gusta pensar que algún día morirá, si existiera una maquina capaz de predecir el momento exacto de la muerte quizá no tendría mucho uso, o a lo sumo nadie le prestaría atención buscando de alguna manera rechazar lo inevitable.

La razón que impulsa este miedo a la muerte es elusiva para la mayoría de las personas, puede ser debido a que no se cuenta con una definición concreta respecto a la misma, al menos no se cuenta con una en la que todos estemos de acuerdo, se explica con facilidad desde el punto de vista físico, pero no se llega más allá. Quizá es debido a un apego a lo conocido, incrementado por un temor a lo desconocido, aún cuando no se esté bien en el lugar actual, es generalmente preferible permanecer ahí antes que explorar nuevas opciones.

Y es que existen muchas formas de muerte, sin embargo, nos concentramos en la clásica, la corporal, la que es más tangible y que se explota generalmente en las películas e historias en los libros.

Pero esta no es la única muerte y de hecho, es quizá la que debería preocuparnos menos, esto que percibimos como el 'fin' es simplemente un cambio de estado, un paso más en la eterna secuencia de reencarnaciones a la que estamos sujetos en tanto haya karma.

Por otro lado, el no 'estar presentes' mientras tenemos esta forma física es el otro tipo de muerte al que se refiere el texto, esa muerte es la más perturbadora ya que estamos atados a ella, estamos presentes mientras sucede, cuando el cuerpo deja de funcionar en la forma clásica de muerte la conciencia se libera y el cuerpo se transforma, hay movimiento, cambio, algo está ocurriendo, podemos observarlo y de alguna manera sentir que algo sucede y que quizá algo cambie, hay esperanza. Sin embargo, el estar aquí con plena capacidad del uso del cuerpo, del cerebro y demás facultades, pero por simple descuido no sacar provecho de las mismos es simplemente ridículo, es la peor forma de muerte.

Cada reencarnación en forma humana es una excelente oportunidad no solo para buscar la liberación propia, es además la forma idónea para practicar la compasión y ayudar a otros en su camino. Ya sea la muerte propia, o bien la de un ser querido, ya no es necesario acudir al sufrimiento ya que ahora se comprende que es simplemente una transformación no el fin absoluto.

Dígalo nuevamente 'mañana moriré', ¿Cómo se siente ahora?

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