Vivir sin odio
Verdaderamente felices vivimos sin odio entre los que odian. Entre seres que odian, vivamos sin odio. --Dhammapada 197 Dejarse ir por la fuerza del odio es fácil, es muy seductor, la tentación de perderse en ese mar de sentimientos es poderosa. Explotar y dejarse ir puede suceder en un instante, en tan solo un abrir y cerrar de ojos nos consumimos. Tomar el tiempo de respirar, de reconocer ese momento en el que estamos a punto de perdernos nos puede brindar la paz que requerimos para actuar de forma virtuosa, sin arrepentimientos, sin herir a otros seres. Vivir sin odio y aprender a reconocer el sufrimiento de los demás, esa es la verdadera tarea de la meditación, dejar ir, calmar la mente, no seguir el camino de la pasión, por el contrario, tener siempre pleno control de nuestra mente.
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