Un momento pasajero

No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo soporte
– Dicho Popular

Este viejo refrán no es otra cosa más que el principio de 'Annica', este es el término en Pali que describe una de las 3 características básicas de la vida de acuerdo a la tradición Budista, el mismo significa que todo es intrínsecamente impermanente, que todo está en un eterno estado de cambio; todo llegará en algún momento a su fin.

La sabiduría de nuestros abuelos es sin igual, y es una lástima que mucho de este conocimiento se pierda con el pasar del tiempo; ya que el simple hecho de recordar sus enseñanzas nos podrían ahorrar muchas penas y repeticiones absurdas de errores.

Y es que a lo largo de la vida nos encontramos en repetidas ocasiones en situaciones apremiantes, situaciones de estrés, de dolor; es fácil perderse en estos momentos y olvidar que la vida no es toda así, que es solo un momento en el tiempo, inclusive llegamos a olvidar cuándo inició, cómo inició, por qué inició.

La práctica de vipassana nos muestra este estado eterno de impermanencia, nos brinda la capacidad de observar como todo cambia, como todo se mueve, nos da la paz y la tranquilidad de observar con calma y permitir que las cosas sigan su propio camino, liberándonos del sufrimiento que es pensar que las penas son eternas.

Haga una pausa, traiga a la memoria un momento de angustia y estúdielo con calma, trate de ver si ese momento es igual ahora a cuando inició, si ha cambiado de alguna manera, sea su intensidad, su forma, su contenido, cualquier cosa es válida; haga vipassana y estudie los momentos de la vida, los problemas, los sucesos.

El problema muchas veces radica en que no siempre las cosas cambian al ritmo que lo deseamos, ya sea porque no sucede tan rápido como queremos, o por el contrario, cambia demasiado rápido, esto es así porque a la vida no le interesa nuestros deseos, ella sigue su curso, somos nosotros los que tenemos la libertad de aceptar y de observar.

Haga vipassana, ahora y en todo momento, mantenga un estado de conciencia plena y observe cada situación desde una distancia segura, no hace falta creer en ellos, no es necesario interactuar, solo observar; las penas, los dolores, las angustian, todos son pasajeros, todos quieren irse, nosotros somos los únicos que podemos detenerlos.

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